¿Existe el bronceado saludable?
El bronceado es una respuesta protectora de la piel, ya que la melanina, el pigmento responsable del color de la piel, se produce en mayor cantidad para absorber y dispersar la radiación UV, reduciendo así el riesgo de daño celular. ¿Qué se podemos hacer, entonces, para exponernos al sol de la manera más segura posible?
UTILIZAR FOTOPROTECCIÓN A DIARIO
Es importante usar un fotoprotector de amplio espectro con un SPF de al menos 50, aplicar generosamente y reaplicar cada dos horas, especialmente después de nadar o sudar.
LIMITAR LA EXPOSICIÓN AL SOL
Controlar el tiempo que pasamos al sol es imprescindible, así como reducirlo a sesiones cortas, de 15 a 30 minutos, especialmente durante las horas menos intensas (antes de las 10 a.m. y después de las 4 p.m.).
HIDRATAR Y CUIDAR LA PIEL TRAS LA EXPOSICIÓN
Beber mucha agua durante y después de la exposición solar.
Mantener la piel bien hidratada con lociones o geles que contengan ingredientes calmantes, como el Fluido Hidra-Calm o el Aloe Vera de BABÉ.
CONSIDERAR ALTERNATIVAS DE BRONCEADO
Optar por lociones, sprays o toallitas autobronceadoras para un bronceado sin el daño causado por la exposición solar. Por otro lado, un bronceado en spray realizado por un profesional también puede ofrecernos un tono uniforme y natural sin los riesgos de la exposición solar.
EVITAR LAS CÁMARAS DE BRONCEADO
Estas emiten radiación UV a niveles que pueden ser más dañinos que el sol, aumentando el riesgo de cáncer de piel.
Estas prácticas pueden minimizar el daño solar, pero la fotoprotección siempre debe ser una prioridad para prevenir daños en la piel.