Limpieza e hidratación diaria
Una piel radiante, más allá de la edad que se tenga, pasa por mantener un ritual constante de limpieza e hidratación. La limpieza facial adecuada elimina la suciedad que se acumulan a lo largo del día, previniendo problemas cutáneos. La necesaria hidratación posterior nos ayuda a proteger la piel y mantenerla elástica, flexible y suave.