Ocho consejos para mejorar tu rutina de cuidado de la piel
Mantener una piel saludable no solo depende de los productos que aplicamos, sino también de ciertos hábitos que quizá no habías considerado pero que son igual de importantes. ¿Quieres darle un extra de cuidado a tu piel? Aquí te dejamos algunas recomendaciones prácticas para llevar tu rutina al siguiente nivel.
Agua tibia en lugar de caliente
Limpiar el rostro y ducharse con agua tibia, en vez de caliente, es esencial para preservar la barrera natural de la piel. ¿Sabías que el agua caliente puede resecar e irritar la piel? Especialmente en pieles sensibles, el agua tibia ayuda a evitar enrojecimientos, y un último enjuague con agua fría es perfecto para tonificar y refrescar.
Desinfecta tus dispositivos
La pantalla del móvil es un imán para bacterias que pueden provocar brotes de acné e irritación. ¿Cuántas veces al día acercas el móvil a tu rostro? Limpia tu móvil con un paño desinfectante regularmente para reducir el riesgo de contacto con estas bacterias, sobre todo si tiendes a tocarlo con la cara.
Opta por tejidos de materiales naturales
Elige sábanas, toallas y prendas de materiales naturales como algodón, lino o seda. Estos tejidos son más suaves y menos irritantes para la piel. Las telas sintéticas, en cambio, pueden atrapar el sudor y obstruir los poros, ¿sabías que esto puede generar brotes o incomodidad en pieles sensibles?
Revisa la caducidad de tus productos de belleza
¿Hace cuánto no revisas la caducidad de tus productos de rutina? Los productos de belleza también caducan, y usar productos vencidos puede afectar la salud de la piel. Verifica el símbolo PAO en el envase (como “6M” o “12M”) para saber cuánto tiempo puedes usarlos una vez abiertos. Apunta la fecha de apertura y presta atención a si el producto cambia de olor, color o textura.
Fotoprotector, incluso en casa
Los rayos UVA atraviesan las ventanas y la luz azul de las pantallas también puede afectar la piel. ¿Sabías que aplicar fotoprotector en interiores también cuenta? Este simple hábito protege tu piel, especialmente si trabajas o pasas mucho tiempo cerca de una ventana.
Cambia tu toalla de cara con frecuencia
Utiliza una toalla exclusiva para el rostro y cámbiala cada dos o tres días. ¿Por qué es importante? Esto ayuda a evitar la acumulación de bacterias. Además, seca tu rostro con toques suaves para reducir irritaciones.
Doble limpieza en tu rutina nocturna
Si usas maquillaje o protector solar a diario, la doble limpieza es clave para una piel limpia y sana. Comienza con un limpiador a base de aceite o bálsamo, seguido de uno a base de agua o gel. Esta técnica es excelente para evitar obstrucciones y mantener los poros libres de residuos.
Aumenta la humedad en tu ambiente
Si vives en un clima seco o usas calefacción, considera un humidificador. Dormir en un ambiente más húmedo ayuda a mantener la piel hidratada y evita la resequedad en épocas frías.
Con estos consejos, podrás implementar prácticas diarias que aporten al cuidado y la protección de tu piel. Incorporar pequeños cambios en tu rutina puede ayudarte a lograr una piel más saludable, equilibrada y radiante.